GRUPO ESCOLAR GENERAL NAVARRO
Este grupo fue construido bajo la tutela
de Dña. Amparo Martín Carrasco Inspectora, siendo tía de nuestra Madre Elisenda
García Martín (Maestra Nacional y Parvulista de la Graduada Aneja de Badajoz.
El Claustro de Profesores estaba formado
por los siguientes Maestros:
Primer Curso – Don Gerardo
Segundo Curso – Don Ángel Sánchez
Encarnado
Tercer Curso – Gonzalo Murillo García
Cuarto Curso – Don Manuel Cabrera
Quinto Curso – Don Manuel Lozano.
Estos eran los Maestro que había cuando mi
padre llega a General Navarro procedente de la Escuela de la calle Dogma (si a
aquello se le podía llamar Escuela).
Posteriormente, no puedo concretar fechas,
se crea un curso mas, o sea un Sexto, al que pasa mi padre y el Tercero que el
tenia lo ocupa D. Saturnino Santibáñez, en estas fechas más o menos es nombrado
Director del Centro Don Rafael Mellado Fuentes.
Con posterioridad y por jubilaciones de
los Maestros anteriormente citados se incorporan al Centro, Don José Romero,
Don Primitivo Buencuerpo etc. En estas nuevas incorporaciones llega al centro
un Maestro discípulo de mi padre, compañero y amigo nuestro, por su edad, mas
de José Maria, (lo especifico ya que por la Escuela pasamos los tres hermanos
varones, pues de los siete que formamos “ la saga “ cuatro eran hembras y los
otros tres varones, por orden de nacencia, José Mª, Alfredo y Manuel) Don
Manuel Meléndez Martínez, como decimos este señor fu alumno de Gonzalo Murillo
y posteriormente llego a ser Profesor del Centro.
UN DIA DE CLASE ALLA POR LOS AÑOS
CUARENATA O CINCUENTA.
La jornada era partida: El horario de
mañana era de nueve a doce y el de tarde de tres a cinco a excepción de los
jueves por la tarde que teníamos libre.
Las clases eran numerosas, pasaban de los
treinta y cinco alumnos, solo niños ya que las niñas tenían sus clases en el
mismo edificio pero en distintas plantas. A los alumnos les impartían las
clases Maestros y a las alumnas Maestras.
Los recreos también se tenían a distintas
horas niños de niñas
El mobiliario era justo pero no malo, para
los alumnos pupitres de dos plazas, con el asiento abatible y el tablero con
una pequeña inclinación hacia el alumno y en la parte superior una pequeña
franja horizontal en la que tenia alojados dos tinteros, (ya que en estos
tiempos no existía el bolígrafo) por lo cual se escribía con pluma (Corona)
montada sobre un palillero.
Diariamente en la entrada de por la
mañana, formábamos en filas una por cada curso, en el pasillo del interior del
centro, donde existía una Bandera Española y un Crucifijo.
El Crucifijo que también presidía todas
las aulas del Centro, lógicamente y siendo algo infrecuente, podía existir
alguien no creyente, quien era sumamente respetado tanto por los profesores
como por los alumnos
Formados cantábamos el Himno Nacional, (no
recuerdo de quien era la letra) y posteriormente se rezaban tres Ave Marías y,
un Padrenuestro o una Salve durante el mes de Mayo, tras ello cada curso pasaba
a su aula, no se cual era la razón pero lo cierto es que las clases aun siendo
una graduada estaban formadas por alumnos de diferentes edades. Por lo que cada
clase parecía una unitaria.
Al entrar en el aula, Gonzalo Murillo, lo
primero que hacia era escribir en el encerado una jaculatoria siempre dedicada
a la Virgen.
Debía de ser de sus años en las Escuelas
del Ave María en Granada y al lado del Padre Manjón (Por cierto la escritura en
el encerado la hacia con una letra inglesa, que con una tiza es un verdadero
arte el hacerla). Nos daba unos minutos para leerla y a continuación
comenzábamos el trabajo. Ponía en la pizarra los ejercicios que correspondiese
a las asignaturas del día,que copiábamos en los cuadernos. Había una serie de
ejercicios diarios, lectura, escritura al dictado y ejercicios de matemáticas
que podían ser operaciones, problemas o cálculo mental. Creo que las
asignaturas eran Matemáticas, Lengua, Geografía, Historia, Ciencias Naturales e
Historia Sagrada. Matemáticas y Lengua eran diarias y por las mañanas.
El resto alternas y por la tarde. A
continuación según la asignatura que tocase ponía los ejercicios
correspondientes a ellas.
Lectura, era una de las tareas bonitas,
nos repartían el libro de lectura. Estos libros tenían parte en prosa y parte
en versos, fabulas y muchas partes de escritores extrémenos como Chamizo,
Carolina Coronado etc. (sentimos no acordarnos del nombre de los citados
libros), y nos reuníamos todos en torno a la mesa del profesor, haciendo un
semicírculo.
Comenzaba a leer el profesor e
inmediatamente y según el quería señalaba al alumno que tenia que continuar,
cuando lo creía oportuno señalaba a otro y así hasta el final, por lo que
tenias que ir siguiendo la lectura pues te podía tocar a ti y te podía incluso
tocar dos veces.
Al final el profesor preguntaba a alguno
que contase lo que se había leído, si este no lo explico bien preguntaba a
otro.
Luego a cada uno le iba diciendo por
ejemplo dime los tres primeros verbos de lo que has leído, lógicamente con el
párrafo que se había leído por delante, a otro le pedía los tres adjetivos,
tres pronombres etc.
Otras veces se hacían dos equipos y unos a
otros se preguntaban del tema leído, artículos, sustantivos, verbos, adverbios,
adjetivos, preposiciones etc. poniendo puntos positivos si se contestaba bien o
negativos en caso contrario, de esta forma buscábamos apuntar al equipo
contrario el mayor número de negativos.
Dentro de las clases de Lengua los
dictados eran diarios algunos días se hacían del celebre Miranda Podadera,
cuando eran de este libro, otra vez los dos equipos y el bombardeo de palabras
del dichoso librito que se las traía en lata.
Se corregía leyendo el profesor lo escrito
e iba indicando la ortografía de las palabras y cual era la regla ortográfica
por la que así se escribía. Cada alumno en su dictado ponía una cruz si había
cometido alguna falta, al final del dictado escribían las palabras que tuviesen
cruz, haciendo con cada palabra una frase, posteriormente se quedaban los
cuadernos en la mesa del profesor para su corrección.
En Matemáticas además de la lección y
algún problema referente a ella, se dedicaba un tiempo al calculo mental ya
fuese sumando, restando, multiplicando etc., en este caso volvían a funcionar
los equipos.
En Geografía como no estábamos sobrados de
mapas mi padre dibujaba en el encerado el mapa de España e íbamos saliendo para
ponerle nombres a los cabos, ríos, lagos, cordilleras etc., al día siguiente
había que llevar un mapa hecho por nosotros donde había que reflejar aquello
que se había aprendido en clase.
En las clases de Historia además de fijar
el siglo del reinado del que se tratase o el lugar y fecha de una batalla
siempre nos contaba alguna anécdota o leyenda referente al tema como por
ejemplo: Cuantos extremeños habían acompañado a Colon en alguno de sus viajes,
o una leyenda de la toma de Granada en la que se dice que la reina Isabel tuvo
ganas de churros y un noble por la noche entro en la fortaleza cogió a una mora
que los hacia, para que de esta manera tuviese a la mañana siguiente cumplido
sus deseos.
En esa época no había el Necesita Mejorar,
Ni el Suficiente, pero sabias que una vez pasado el ciclo escolar tenias que
examinarte de ingreso antes de entrar a estudiar primero de Bachiller que solo
lo podías hacer en el Instituto, hasta la llegada de los Hnos. Maristas, en la
calle Comedias de Badajoz.
El citado examen de Ingreso, que se hacia
en el Instituto de Enseñanza Media, y constaba de dos partes un dictado, en el
que una sola falta de ortografía te eliminaba y una parte oral en la que un
tribunal te preguntaba sobre las materias que en tu paso por la escuela habías
debido de aprender, la calificación, al menos en nuestra época era Apto o No
Apto, había un Septiembre lo que no recuerdo era que hacia el que volviera a
suspender en septiembre.
NUESTROS JUEGOS.
El recreo era de media hora, este tiempo
como es lógico siempre nos parecía escaso. Los alumnos que formaban un curso
eran verdaderos amigos, creo que pocos recuerdos tengo de alguna riña.
En estos tiempos no existían o al menos en
nuestra clase diferencia entre las distintas clase sociales, todos éramos
iguales y amigos sin tener en cuenta ni familia, ni sitios de residencias ya
que en el curso los había de la calle Montesino, de Pardalera, de la calle de
la Sal, Menacho o de la calle de las Peñas.
Los juegos aun siendo simples, ponías en
ellos toda tu voluntad y te hacían consumir energía. Alguno de los juegos que
recuerdo son “el marro”, “los platis”, “los guarros”, “los bolis”, “el salto de
la mula”, los cromos, especialmente de futbolistas” etc. Como comentaba antes
todos jugaban según sus cualidades a una u a otra cosa, pero si alguno trataba
de fastidiar era fácil que al entrar en clase el profesor te lo reprochara ya
que desde los cristales de la galería había estado siguiendo los juegos y la
forma en que cada uno actuaba. En tiempos posteriores, estando aun algún de los
tres hermanos en el Centro, se repartía en esa media hora y a quien lo quería
leche y queso Americano, el pan había que traerlo de casa. (La leche que era
venia en polvo, se hacía y calentaba allí. El queso era cremoso y de un color
amarillo anaranjado.)
La última media hora de clase se dedicaba
a cosas que necesitasen menor atención o a terminar algo que hubiese quedado
pendiente.
Por la tarde se entraba directamente en
clase y además de la asignatura que tocase se ponían los ejercicios para hacer
en casa, que por cierto no eran muchos.
El sábado En la Escuela:
Los sábados se dedicaban por completo a la
Redacción, Caligrafía, y Clases de Religión.
En cuanto a las redacciones, hay que
resaltar que muchas de ellas trataban sobre aspectos relacionados con la
familia, el amor a los demás, etc. Y eso porque mi padre adoraba a la figura de
la madre. Después, la que consideraba la mejor redacción, era leída ante todos
los alumnos de la clase.
En la jornada de tarde no faltaba ese día
el rezo del Santo Rosario, de nuevo aparece aquí esta constante de su vida: el
cariño de mi padre a la Virgen, a la Madre del Cielo. Tanto la quería que
disfrutaba hablándonos de Ella. Luego, nos daba una breve explicación del
Evangelio que se leería en la misa del Domingo.
Cabe destacar que en aquella época no
había como hoy un libro para cada asignatura, existía El Nene para aprender a
leer, El catecismo Ripalda como ayuda a la clase de Religión , y la
Enciclopedia, compendio de todas las asignaturas con el nivel adecuado para
cada ciclo.
EN EL CASO CONCRETO DE GONZALO MURILLO
(NUESTRO PADRE)
En la Escuela nuestro padre, transmitía e
inculcaba a sus alumnos, una serie de valores además de los conocimientos,
pensamos que estos valores, a lo largo de nuestras vidas han sido tan
importantes como los conocimientos
Estos valores, o al menos alguno de ellos
son: una recia admiración por la maternidad, por ser la madre la que aglutina a
la familia. Y no le costaba ningún trabajo admirar a la Madre del Cielo y de la
tierra, pues uno de sus principales afanes consistía en imitar esas virtudes de
las que las madres y por ende la Virgen están de sobra adornadas: el perdón, la
generosidad y la entrega.
Otra de las ideas que mi padre nos
transmitía era la entrega a tu profesión, el buscar siempre la forma de hacerlo
mejor, en una palabra, superarte. El amor y la entrega a los demás, la
rectitud, honestidad y el afán de hacerlo lo mejor posible en todas las facetas
de tu vida y no abandonar nunca estos principios a cambio de nada.
Pero para nosotros y después de ver a
sobrinos, nietos, en edad escolar, vemos que había también algo que sin darte cuenta
ibas asimilando y es la tranquilidad y seguridad.
La razón creo que estaba en que ellos, los
Maestros con mayúsculas, (ya que como en cualquier otra profesión habría de
todo) tenían sus creencias totalmente firmes, no solo en su fe sino en su
moral, ética, e incluso en sus conocimientos. Y además vivían de una forma
totalmente consecuente con sus ideas en el caso de mi padre, recuerdo que sus
clases particulares, había personas que preparaban una oposición y tenían
treinta años o el hijo de un amigo que no iba bien, o al que además de las
horas de escuela le hacia falta un empujoncito, esta hora fuera del horario que
dedicaba a los alumnos que mas lo necesitaban, dio paso a lo que posteriormente
se llamaba permanencia, y ya pasaron a ser remuneradas, además de sus horas de
clase oficiales aun sacaba tiempo para llevar la Secretaria de Huérfanos de
Magisterio o llevarle la contabilidad y preparar documentación para presentarla
en los organismos Oficiales a las Monjitas de los Ancianos Desamparados.
Como anécdota podría contar una de las
muchas, que a lo largo de su vida profesional ocurrieron. Una alumna terminado
su bachillerato y para pasar a la Universidad tenia que examinarse en Sevilla
de revalida, pero los padres ni podían llevarla ni permitían que se fuese sola,
pues bien, mi padre la acompaño hizo su examen, paso a la Universidad y hoy
ejerce orgullosa su Licenciatura. Esto que hoy parece una nimiedad hay que
pensar en lo que era un viaje a Sevilla y además los gastos a un Maestro para
colmo con siete hijos.
Su vida estaba dedicada totalmente a su
profesión su mujer y sus hijos y lo hacia poniendo el alma en ello sin
escatimar esfuerzos para nada ni para nadie.
Por todo esto, hoy tan tontamente por
nuestra parte, queremos plasmar en unos folios, cuando seguro que en quinientos
me quedaría algo importante por decir.
Como reconocimiento a su dedicación
honestidad y honda preocupación por enseñar y formar, le fue concedida la Cruz
de Alfonso X el Sabio, y si esto tiene algún valor no es menos, que después de
treinta años de haber ejercido en Trujillano, se le ponga su nombre a una de
las principales calles del pueblo. Es cierto que él tenia un gran cariño a este
pueblo y sabia que lo que había sembrado, había caído en buena tierra.
En Badajoz también hay una calle que lleva
su nombre.
Permítanos citar solo un párrafo de la
reseña que al DIA siguiente de su fallecimiento público el Diario Regional Hoy,
refiriéndose a su persona, citamos textualmente:
“Hombre de limpio corazón, vivió entregado
a su familia, en la que fue esposo y padre modelo, y a esa otra mas ancha
familia de sus alumnos, a los que se entrego vocacionalmente y formo tanto con
su ejemplo como con su ilusionado y competente trabajo”
Pero con todo esto, creo que su mayor
orgullo y verdadero amor era, primero su mujer, Maestra también y con la misma
pasión que él por la enseñanza, después sus hijos y otro trozo de ese gran
corazón, sus alumnos.
La conclusión a la que llegamos viendo
cómo se comporta la mayor parte de la sociedad de hoy, es que dudamos de todo,
unas veces porque la ciencia en su avance ha establecido ciertos cambios, pero
sobre todo y creo que lo más importante es que la sociedad e incluso la familia
ha perdido el referente de sus valores y su ética ha quedado a un lado la fe,
pero sobre todo se piensa de una manera y se actúa de otra, lógicamente más
cómoda. Mucha gente de hoy llama familia sin saber su verdadero significado, no
hay mas que ver, que la célula principal de la familia es el Matrimonio,
Sacramento que une a una mujer y a un hombre, hoy matrimonio es simplemente
unión de dos personas, lógicamente es difícil poder generar una Familia, al
menos como se ha entendido a lo largo de los siglos.
Por todo esto, pierde la persona como tal,
su dignidad, ya que al buscar una fórmula acomodaticia y fácil ha perdido valor
y esta se siente vacía, en este cambio se necesita algo en que sustentarse y se
llega a creer que los signos externos serán los que den fe de nuestro bien
hacer, hemos llegado con esta forma de actuar a ser totalmente materialistas
solo cuenta lo que tengas, lo que gastes, la ropa que uses, en esto quiere la
nueva sociedad convertir nuestros valores.
Esto es lo que sin querer transmitimos a
los pequeños.
Creo que nos salimos del tema “UN DIA DE
CLASE ALLA POR ESTOS AÑOS CUARENTA O CINCUENTA” perdón, pero es que estos años
fueron para nosotros esenciales, unos verdaderos cimientos para que sobre ellos
se pudiera montar el entramado que soporta una vida y una Familia, que a veces
es una tarea ardua, pero la que de verdad te da alegría y con la que te sientes
verdaderamente feliz.
Solo queda agradecer a la Dirección del
Centro, Claustro actual de Profesores, y tantos y tantos antiguos alumnos, que aún
hoy, siguen dando muestras de cariño y respeto hacia nuestro Padre.
Gracias por la oportunidad de concedernos
estas líneas, que nos han hecho revivir años tan felices.
José María, Alfredo y Manuel Murillo
García